VIAJANDO POR EL ANTIGUO ORIENTE

Cansado de como transcurría mi vida, de las largas horas que pasaba pensando en como transformar el aburrimiento y hastío por un momento sorprendente y novedoso, el cual me llenara de satisfacción y gozo. Sin embargo, sabia que una cosa era el deseo y otro la voluntad. Eliminar ese miedo y desasosiego que todo ser humano lleva dentro de si mismo, y que le induce a ser temeroso y cobarde. Yo, Juan, que nací en uno de los lugares mas hermosos del mundo, donde la brisa que recorría las callejuelas y barrios eran humedecidos por el rio Guadalquivir. Los habitantes de la ciudad recorrían las laberínticas calles en busca de alguna sombra o de explorar algún establecimiento en busca de algún alimento. Todo ello bajo los olores de los hermosos naranjos que recorrían los caminos. Su olor tan característico me envolvía como el suspiro de su cálida boca cuando me besaba. Las noches de verano eran calurosas. Mientras estaba acostado con los ojos abiertos podía escuchar las conversaciones ...